La compra de la semana ha resultado copiosa, hay sobras tras una cena festiva o quieres deshacerte de lo menos posible antes de irte de vacaciones?
Menos mal que muchos alimentos se pueden congelar. El congelador prolonga la conservación de los alimentos frescos muchas semanas, a veces meses. Para hacerlo con seguridad, conviene prestar atención a algunos factores. Es importante aclarar cómo llevar los alimentos congelados a temperaturas heladas de la mejor manera, qué recipientes son adecuados y si se pueden volver a congelar los alimentos que se han descongelado.
Congele alimentos y prolongue la vida útil durante muchas semanas y meses en un abrir y cerrar de ojos: Llevar los productos frescos hasta una temperatura de -18 °C en el congelador es una medida inteligente para una conservación óptima. Esto le permitirá disfrutar de productos de estación, como espárragos frescos, incluso en invierno y tener siempre alimentos cocidos a mano.
Tener un congelador en casa también puede servir para no tener que desechar los alimentos. Si ha comprado demasiado o no llega a consumir todos los alimentos antes de irse de vacaciones, puede guardarlos en el congelador. Puede hacerlo con innumerables productos, como fruta fresca, verduras, carne y pescado, además de platos cocinados. La tendencia alimentaria 'meal prepping' -es decir, preparar las comidas con antelación- ahorra mucho tiempo en la estresante vida cotidiana: Si cocina previamente y congela las comidas en porciones, puede tener una deliciosa cena en la mesa en un abrir y cerrar de ojos. Para congelar y seguir procesando los alimentos, utilice los prácticos accesorios de BORA.
Dato interesante: Los alimentos suelen congelarse a una temperatura de -18 °C. Los gérmenes y las bacterias dejan de multiplicarse. Esto garantiza una frescura mucho mayor.
Desde la alcachofa hasta el calabacín: Puedes congelar una gran variedad de alimentos. Por regla general, cuanto menor sea el contenido de grasa y más seco sea un producto, mejor será para congelarlo. Los alimentos grasos también se pueden congelar, pero solo deben conservarse en el congelador durante poco tiempo. Por ejemplo, la carne picada grasa no se conservará más de cuatro semanas, ni siquiera con hielo. La nata se puede congelar durante unos tres meses.
Algunos alimentos, después de descongelarlos, son más adecuados para procesarlos, ya que su consistencia cambia. Esto ocurre con las manzanas y las cebollas: Pierden su consistencia firme, pero pueden utilizarse perfectamente para asar y cocinar. Los alimentos que contienen agua, como los tomates, los pepinos y la lechuga tampoco son demasiado aptos para la congelación. Al descongelarlos, se vuelven blandos y pierden el aroma.
Las patatas crudasy los huevos no deben guardarse en el congelador en ningún caso. Una vez descongeladas, las patatas pierden su sabor y se vuelven dulces y los huevos pueden reventar al congelarlos. Tampoco deben congelarse el queso fresco ni el yogur.
El tiempo de conservación en el congelador varía según el tipo de alimento. La carne magra, por ejemplo, puede congelarse durante más tiempo que los embutidos. Los siguientes valores son orientativos:
También encontrará más información sobre el tiempo de conservación de los alimentos refrigerados y congelados en nuestra guía sobre almacenamiento de alimentos.
También puede congelar alimentos al vacío. Así se alarga considerablemente su tiempo de conservación. Por ejemplo, la carne puede almacenarse aproximadamente el doble de tiempo. Al envasar los alimentos al vacío, también previene las quemaduras por congelación, causadas por la influencia del aire y se conservan los nutrientes y las vitaminas durante más tiempo.
Una vez descongelados los alimentos, debe procesarlos rápidamente. Así evitará que los gérmenes se multipliquen en el aire. Algunos alimentos deben descongelarse por completo antes de poder procesarlos; otros, en cambio, pueden echarse directamente en una olla o sartén.
Consejo: Dependiendo de la cantidad, se tarda unas horas en descongelar la carne y co. Lo ideal es colocar los alimentos congelados en el frigorífico la noche anterior.
Prepara tus alimentos idealmente para congelar con una o dos asas . Para conservar la calidad y facilitar su extracción:
Volver a congelar los alimentos descongelados generalmente no es una buena idea. Después de la descongelación, los gérmenes y las bacterias reanudan su crecimiento. Esto puede provocar una mayor contaminación. Por lo tanto, especialmente la carne y el pescado deben consumirse inmediatamente después de descongelarlos y no pueden volver a congelarse. Excepción: Una vez cocinados, los alimentos pueden volver a guardarse en el congelador.
Plástico, vidrio o acero inoxidable: los alimentos pueden congelarse prácticamente en cualquier recipiente. Lo único importante es que sean resistentes a la congelación y herméticos. Las bolsas de congelación deben cerrarse lo más herméticamente posible.
Para facilitar la extracción, lo mejor es congelar el pan en rebanadas. Utilice un recipiente hermético o una bolsa de congelación. Así evitará que la bollería se seque.
Casi todas las verduras firmes pueden congelarse crudas. Entre ellas se incluyen el coliflor y el brócoli, las zanahorias, el colinabo, los champiñones, el pimiento y muchos más. Sin embargo, las verduras que contienen agua pueden ablandarse al descongelarlas.
Los envases comerciales no suelen resistir las temperaturas del congelador. Pueden volverse porosos y existe el riesgo de que liberen sustancias nocivas. Lo mejor es colocar los alimentos en recipientes separados para congelarlos.
Las quemaduras por congelación no son perjudiciales para la salud. Sin embargo, el aroma se resiente, por lo que los alimentos afectados suelen dejar de tener buen sabor.
Las frutas y verduras no suelen estropearse en el congelador. Sin embargo, si se almacenan durante demasiado tiempo, pueden perder su aroma y sus nutrientes y ablandarse.